Hay imágenes que te fascinan y ésta es una de ellas. La criatura y su creador en la misma toma, y los dos animados, vivos; es una de las virtudes del cine. Brando aquí parece la marioneta de Coppola, que detrás suyo mueve los hilos. El Padrino, y sobre todo, El Padrino II, adquirieron rápidamente la distinción de clásicos instantáneos. En ellas Brando estaba en la madurez de su carrera y Robert de Niro la empezaba. Esto sí que es una conjunción de estrellas...
(En Venta)
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